El Parlamento escocés controlará el impuesto sobre la renta. Así lo han acordado los principales partidos británicos en las recomendaciones de la comisión Smith, constituida después del referéndum por la independencia, que ganaron los unionistas por 55% frente al 45%, para coordinar la comprometida devolución de poderes a Edimburgo, en lo que supone la reforma del sistema tributario más trascendental en la historia reciente de Reino Unido.
La medida —que implica el control sobre los tipos impositivos y, por tanto, sobre miles de millones de libras— es parte de un acuerdo alcanzado por dicha comisión el miércoles por la noche en Edimburgo y que se ha presentado este jueves allí. Las recomendaciones de la comisión deberán constituir la base de la legislación británica sobre las nuevas competencias transferidas aEscocia. Aunque la transferencia real no se realizará hasta pasadas las elecciones generales del próximo mayo.
El Gobierno británico, que fue quien puso en marcha está comisión con miembros de los diferentes partidos, prometió utilizar sus conclusiones para avanzar en la devolución de poderes a Escocia. Los tres principales partidos británicos se comprometieron a entregar más competencias al Parlamento de Holyrood tras el auge del sí a la independencia en la recta final de la campaña del referéndum del pasado 18 de septiembre.Robert Smith, el parlamentario que preside la comisión, ha explicado que la devolución pretende dar más poderes y autonomía al Parlamento escocés. "Esto dará al Parlamento más instrumentos para lograr su propia visión, sus fines y objetivos, sean los que sean en cada momento". También ha recalcado: "Las recomendaciones planteadas en el acuerdo suponen la mayor transferencia de poder desde la creación del Parlamento [local, en 1999]".
Los laboristas venían oponiéndose históricamente a la devolución completa del impuesto sobre la renta, pero finalmente han cedido en lo que se interpreta como un intento de frenar su dramática caída en las encuestas en Escocia, ante el imparable auge de los nacionalistas del SNP (el Partido Nacional Escocés). El laborista Alistair Darling, quien fuera líder de la campaña por el no a la independencia, criticaba duramente esta semana en el diario Financial Times una medida que atacaba el principio de que los riesgos deben ser compartidos por todo el país. Parece, no obstante, que Ed Balls, el portavoz laborista de Economía, ha conseguido una importante concesión: que Escocia no tendrá el poder de establecer el nivel de ingresos por debajo del cual no se tributa. Esto seguirá siendo competencia del Gobierno central, evitando así que Escocia pueda anunciar bajadas de impuestos y compensarlas cambiando dicho límite.
La propuesta de la comisión incluirá, además, la devolución de un importante paquete de prestaciones sociales y de la llamada Air Passanger Duty, la tasa que se cobra a los viajes en aviones que despegan de los aeropuertos británicos. Además, el Parlamento de Holyrood tendrá todas las competencias para regular las elecciones regionales y locales. Eso incluye la capacidad de permitir que voten los jóvenes de 16 y 17 años, como sucedió en el referéndum por la independencia.
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